Muy buenas, querida familia. Han
pasado tres semanas desde que aterrizó el avión y, sinceramente, no he podido
tener mejores impresiones. El país es fantástico en cuanto al
clima y a la gente. Ahora voy a contaros mis primeros días.
Las primeras dos semanas he
estado viajando de arriba a abajo del país. He pasado por la capital Santo
Domingo, Jimaní, Dajabón, San Juan de la Maguana, Vallejuelo, Santiago. Y en
muchos sitios he estado varias veces.
Uno de los motivos de estos
viajes ha sido conocer los ámbitos del proyecto de los Jesuítas con respecto al
trabajo social en RD. Ahora mismo estamos metidos de lleno en un movimiento
social masivo llamado “Marcha Verde”, que pretende luchar contra la impunidad y
la corrupción del gobierno. En nada más que dos semanas, ha crecido de pocas
decenas de personas a varios miles, manifestados por las calles.
El otro motivo de estos viajes es conocer al resto de
compañeros de Ocasha
que tenemos en la República Dominicana. Están de una u otra manera repartidos a
lo largo del país. Son, en pocas palabras, una gente maravillosa. Hemos tenido
la oportunidad de pasar varios días con cada uno. Algunos llevan aquí por
muchos años, cuando terminaron su proyecto decidieron quedarse en este país…
¿que tendrá la República Dominicana?... otros están inmersos en proyectos
sociales y pastorales. Pero todos han aportado y han hecho más sencilla nuestra
adaptación a esta realidad tan parecida y a la vez tan distinta a la española
Terminaron mis viajes y me
instalé en Santiago de los caballeros. Mi trabajo será con jóvenes,
en animación y empoderamiento para incidencia. Es decir, Aportarles de
conocimientos y habilidades que les ayuden a analizar la realidad de su país,
decidir cómo actuar en consecuencia, y en definitiva facilitar que los jóvenes
dominicanos sean los protagonistas del futuro de su país.
De momento hasta donde he visto
es organizar cursos y talleres para capacitar a aquellos que dejaron sus
estudios y viven en barrios marginados, para que aprendan un oficio y entren al
mundo laboral. Todo el equipo de trabajo tenemos unas ideas de cómo incidir
mejor, sin embargo es muchísimo trabajo, y sinceramente aún no estoy del todo
asentado. Pero la gente de Santiago es fantástica y me está ayudando a
adaptarme sin problemas.
Tendréis más noticias mías pronto. ¡Este mes voy a empezar a trabajar a tope!
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"El espíritu del Señor está sobre mí. Me ha enviado a
anunciar la buena noticia a los pobres" (Isaías 61,1)